Llegó a mi vida...

Llegó a mi vida, llegó hasta mí.

Agitada, mirándome a los ojos, perdida, alborotada, con ansias y deseos de quererme. En ese instante nuestros ojos se encontraron, no supe que hacer, me puse tímida, pero la miraba a los ojos, para que supiera que deseaba que encontrara refugio en mi mirada..., aunque solo en ese momento, pudiera darle eso...

Sin darme cuenta, sus labios tocaron los míos,  me besaba la boca, me buscaba el alma, el deseo..., le quise responder, la sentía necesitada, dulce, nerviosa, ansiosa..., le brindé mi abrazo, una lágrima que empezaba a florecer por mi ojo derecho..., porque no lo podía creer, me llegó el día.

Suspiros, respiros, deseos...mordidos, queridos, buscados...
la apreté hacia mi pecho, la quería para mí en esos momentos,
que fuese mía, que me entregara su ofrenda, su perfume, su ungüento...

Nos ardía la vida en ese instante...,
sentía que me deseaba, lo sentía en su boca, en su respiración
sus suspiros me hablaban, eran señal de deseos,
le miré los senos, mi mirada se perdió en el área de su pecho, y le dije: tengo sed...


Ella abrió su vestido, lo hacía tranquila, sosegada, confiada, y me ofreció su pecho..., empecé a perderme en ese mundo por primera vez..., lo sentí tibio, suave, rico, deseado...

Ella vivía relajada en mi abrazo, la cuidé en esos momentos de tibieza...

Nos volvimos a mirar..., ya un poco sonrientes, un poco complacidas, aunque algo nerviosas...

Le abracé la cintura, le besé el vientre, le bendije el vientre, la llené de besos y caricias...
y la mordí suavemente un poco mas abajo..., cerca de su Edén, mientras ella me apretaba las manos con fuerza..., con dulzura...

sus dedos tenían deseos...

Le volví a mirar los ojos, mientras le besaba las manos inquietas, nerviosas,
la besaba con ternura..., quería que se sintiera confiada...

Pensé dejarlo así,
dejar un poco de ese deseo para después..., pero,
mis dedos buscaban su clítoris
para saber si estaba húmedo

Fué nuestra primera vez...
nuestras miradas se bebían,
y los labios se mordían...

Mi cuarto se llenó de su olor
del aroma de su flor...

Se durmió en mis brazos...,
después de llenarle de besos y poesías,
así lo hice, porque llegó a mi vida
con su mirada sedienta de amor...